Dios busca y ama al ser humano, infinitamente más que éste a Dios. Quien lo ha descubierto como amor, es feliz, no tiene problemas ni preocupaciones, ya que tiene conciencia de que viene de Dios, vive en su corazón y a Él ha de ir.
Dios ha regalado los ojos de la fe para poder descubrirlo. No por mucho estudiar y viajar se encuentra al verdadero Dios, la verdad, la felicidad, el amor. Son precisamente, los pobres, los sencillos los mendigos quienes descubren al Dios amor, cercano, dispuesto a amar y perdonar siempre y lo dan a conocer a los otros.
Dios es amor. Así se nos muestra en la Biblia. Dios es amor y ama todo lo que ha creado, nada de lo que ha hecho aborrece (Sab 11m23); mas es el ser humano el privilegiado, la niña de sus ojos: «Cual la ternura de un padre para con sus hijos así de tierno es Yahvé para quienes le temen (Sal 103,13). El amor de Dios excede a cualquier amo materno. Aunque una made se olvidase de sus hijos, el jamás nos olvidará. «En las palmas de las manos te tengo tatuado» (Is 49.15). «Como un niño a quien su madre le consuela, así os consolaré yo» (Is 66.13)
«Dios es amor o no es nada, decía el abate Pierre, porque el amor lo es todo». Él lo había descubierto en la tierra. Sin embargo, Titov, cosmonauta ruso, afirmó tras su proeza espacial: » Me he paseado por el cielo. Estaba vacío. No vi a Dios».
Dios es amor. El que no ama es porque no lo ha visto, ni lo ha conocido. «El que está en el amor está en Dios, y Dios en él» (1Jn 4,16). Dios vive en el corazón de aquel que desea vivir con Él. Quien lo ha descubierto como el Dios amor: ama, es feliz y para Él son buenos todos los días de su vida.