Ficha 12: Llamados a vivir en comunidad, en Iglesia

Oración para iniciar la jornada

«Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero». «Me uno con tus fieles, que guardan tus decretos; Señor, de tu bondad está llena la tierra, enséñame tus leyes».

En el Camino has ido formando grupo, comunidad con los peregrinos que comparten tu camino. También en algunos momentos te has encontrado con algunas comunidades que te han acogido, en las que te has encontrado a gusto. Poco a poco se te ha ido ensanchando el corazón. Tu corazón, como el de la Iglesia, como el de Dios, se ha hecho ecuménico. Poco a poco has compartido la vida. Has tenido la oportunidad de oír la fe de peregrinos de otras religiones.

Lee atentamente este texto:

Porque todos nosotros fuimos bautizados en un solo Espíritu, para formar un solo cuerpo, porque el cuerpo no es un miembro, sino muchos, el ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; ni la cabeza a los pies: «No os necesito». Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno por su parte es miembro de ese cuerpo» (1Cor 12, 27).

Para tu reflexión:

Por el bautismo somos miembros de la Iglesia, llamados a colaborar en su misión evangelizadora. Por el bautismo formamos una comunidad viva en torno a Jesús. El camino de Santiago es una ocasión para renovar tu pertenencia a la Iglesia, para acoger a otros hermanos, cristianos y no cristianos, para sentirte cerca de todos los que buscan, descubriendo que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

Símbolo

Al bautizarte, tus padres han hecho las promesas bautismales en tu lugar: Es buen momento para hacerlas tuyas. Medítalas, piénsatelo bien y rézalas. Si de momento no quieres confirmarlas todas, reza solamente aquellas que puedes confirmar. Sé sincero con Dios y contigo mismo.

  • «¿Renuncias al pecado como negación de Dios, al error como confusión de la verdad, a la violencia como contraria a la caridad y al egoísmo como falta de testimonio del amor, para vivir en la libertad de los hijos de Dios? ¡Sí, renuncio!
  • ¿Renuncias a envidias y odios, perezas e indiferencias, cobardías y complejos, tristezas y desconfianzas, injusticias y favoritismos, materialismos y sensualidades, faltas de fe, esperanza y caridad? ¡Sí, renuncio!
  • ¿Renuncias a todas las seducciones como pueden ser creerte el mejor, estar muy seguro de ti mismo, creer que ya estás convertido del todo, quedarte en las cosas, medios, instituciones, métodos, reglamentos y no ir a Dios? ¡Sí, renuncio!
  • ¿Crees en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? ¡Sí, creo!
  • ¿Crees en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? ¡Sí, creo!
  • ¿Crees en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? ¡Sí, creo!»

Oración

Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor.

Todos nacidos en un solo Bautismo, unidos en la misma Comunión.

Todos viviendo en una misma casa, Iglesia Peregrina de Dios.

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