Ficha 13: Eucaristía, pan para el Camino

Oración para iniciar la jornada

«Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero». «Me uno con tus fieles que guardan tus decretos, Señor, de tu bondad está llena la tierra, enséñame tus leyes».

Hoy es Jesús quien te invita a participar en su Eucaristía, a descubrir junto a El lo que es el amor. Te dice: «Yo soy tu pastor nada te falta: en verdes praderas te hago recostar, te conduzco hacia fuentes tranquilas y reparo tus fuerzas».

Lee atentamente estos 2 textos: – Jesús instituye la Eucaristía: Jn 6 – Leyenda del Cebreiro:

«Había una vez, un vecino, tan devoto de la Santa Misa, que por ningún motivo, ni por las tormentas o nevadas más fuertes, dejaba de acercarse allí para oír su Misa. Un domingo de invierno estaba el cura celebrando la Eucaristía y nadie más estaba en la iglesia. Tenía ya consagrado el pan y el vino, cuando oyó que alguien entraba en la iglesia. El sacerdote asombrado, murmuró: «¡Pobre hombre, mira que venir con este tiempo, fatigosamente y exponiéndose a morir en el camino, sólo para postrarse ante un poco de vino y pan!». Al instante al mirar la patena vio, horrorizado, cómo la blanca rodajita de pan enrojecía, convirtiéndose en sangrante carne, y como el vino del cáliz se espesaba, y cambiaba el color y olía a sangre».

Para tu reflexión:

La misa tiene su origen en la última cena de Jesús con sus apóstoles unas horas antes de morir en la cruz, donde les amó hasta el extremo. Les anunció en ella que tenía que ser entregado y morir por el perdón de los pecados. Luego, tomando un trozo de pan y una copa de vino, sobre los cuales pronunció unas palabras de bendición dijo que eran su «Cuerpo» y su «Sangre» y que se los daba para su alimento, también encargándoles que ellos hicieran lo mismo. Desde entonces los primeros cristianos se sintieron vinculados con dichas palabras y acciones de Jesús, y el pan y vino consagrados pasaron a ser el alimento de sus seguidores. La eucaristía es el alimento espiritual que nos fortalece en el camino de la vida. Para algunos cristianos era y es lo más importante, más importante que cualquier incomodidad o incluso más importante que la propia vida. Después de descubrir a Cristo como compañero del Camino, puedes ahora, si quieres, descubrirlo como alimento del Camino.

Símbolo:

Entra en el santuario y acércate a la capilla donde se guardan las reliquias del milagro eucarístico. Lee el relato del famoso milagro del Cebreiro. Quédate allí, de rodillas y contempla el misterio de un Dios que se ha hecho tangible. No intentes formular palabras, intenta estar con Dios, simplemente estar como con un viejo amigo con quien no necesitas palabras para entenderte con él. Mira que te mira y recuerda que el mirar de Jesús es amar.

Actitudes:

Haz un compromiso para la vida: participa en la Eucaristía que celebra tu comunidad cristiana, es la mejor manera de mantener viva la llama de tu fe. Reza y trabaja por la unidad de los cristianos.

Oración

Jesús, a quien ahora miro oculto; cumple, Señor, lo que mi pecho ansía:

que a cara descubierta contemplándote, por siempre goce de tu clara vista. Amén.

Puedes recoger la próxima ficha en la Iglesia de O Cebreiro o en la Iglesia de Hospital da Condesa.

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