Oración para iniciar la jornada
«Guía, Señor, mis pasos por el Camino de la paz.» «Señor, tú me sondeas y me conoces, sabes cuándo me siento o me levanto desde lejos penetras mis pensamientos. Tú adviertes si camino o si descanso, todas mis sendas te son conocidas» ( Sal 138).
Durante estas etapas hemos ido sembrando cosas, ideas. Ahora te quedas en soledad en las próximas etapas. Pasa por el corazón lo que te hemos propuesto en estos temas de reflexión. Busca el silencio y sigue rumiando lo que hemos visto; abre los ojos para ver las maravillas que Dios sigue poniendo cada día en tu Camino. En esta travesía del desierto te proponemos apoyarte en María, la peregrina de la fe.
Lee atentamente este texto:
«María, por su parte, guardaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón» (Lucas 2,19).
Para tu reflexión:
María es la Virgen oyente. La Palabra encuentra siempre acogida en Ella, no vuelve a Dios vacía. María mantiene un diálogo íntimo con la Palabra de Dios; deja que ocupe todo su espacio interior. María sabe estar en la Palabra sin exigir su comprensión inmediata, porque eso sería cerrar el camino a Dios. La palabra unifica toda la persona de María y se hace en Ella vida gratuita para todos.
Símbolo
Entra hoy en una iglesia y busca una imagen de María. Esa imagen colocada en el sitio para el que se creó, visualiza lo desconocido, lo invisible. Se labró como «imagen», como punto de apoyo para poder saltar al «otro lado». Contemplarla en silencio te hace contemplativo del amor que se expande y, en oleadas, te inunda de la plenitud de Dios.
Actitudes
Busca hoy la soledad en el Camino. Disfrútala. Por supuesto, debes estar también en compañía en algún momento del día, porque es necesario, pero es importante también aprender a estar solo, en silencio, con Dios. Recuerda que en la vida nunca estarás solo porque María no te olvidará, estará siempre pendiente de ti. Haz un compromiso para el camino de la vida: Pon tus mejores deseos en manos de María, para que se los presente a Jesús.
Oración
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare todo mi amor para ti;
mas, si mi amor te olvidare, Madre mía, Madre mía,
tú no te olvides de mí.