«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí» (Jn 14,6).
1. El encuentro con Cristo: Camino, Verdad y Vida.
Mejor que encuentro con Cristo, habría que decir: encuentro de Cristo con nosotros, porque es Él el que viene a nuestro encuentro.
La novia oye emocionada estas palabras en medio de la noche: «¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!» (Mt 25,6).
Dos pescadores dejan las redes cuando descubren a Jesús y exclaman: «Hemos encontrado al Mesías» (Jn 1,40).
Una mujer de Samaría, con muchos maridos a las espaldas, confiesa: «Nadie me ha hablado jamás como este hombre» (Jn 4,36-50)
Pablo de Tarso, después de un largo camino de lucha, confiesa con toda la intensidad de su vida: «Para mí vivir es Cristo» (Flp 1,21).
Testigos estremecidos a lo largo de la historia cantan: «Nuestra vida es siempre una vida tocada por la mano de Cristo, conducida por su voz, sostenida por su gracia» (Juan Pablo II).
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