VI Domingo del Tiempo Ordinario

ESCUELA DE ORACIÓN – LECTIO DIVINA

MOTIVACIÓN

He llegado a amar el silencio, porque el silencio siempre nos cura. El silencio siempre es una invitación, y por eso el ser humano, de vez en cuando, se queda en silencio, porque le reclama su propia interioridad, su propia profundidad de la cual nopuede escaparse; felizmente la interioridad no se ha escapado de nosotros. En el silencio siempre existe el milagro de nuestro encuentro, el encuentro personal y el milagro de nuestra transformación, siempre. La palabra no existe sin el silencio. La palabra tiene… un soporte, por así decir… y es el silencio. El silencio es donde se acuna nuestra palabra. Cuando verdaderamente expresa nuestro corazón, expresa nuestra vida, expresa nuestro sentir, expresa nuestraprofundidad. No existe la verdadera palabra, la palabra que expresa esta verdad de nuestra vida, de nuestro ser, de nuestro corazón, sin un profundo silencio.(José Moratiel) Momento de silencio.

INVOCAMOS AL ESPÍRITU

Canto: Ven, Espíritu. Alegraos y regocijaos: Solo en ti podemos vivir las bienaventuranzas.

1. A LA ESPERA DE LA PALABRA. CON LA LÁMPARA ENCENDIDA

Contexto. Sermón de la llanura (universalidad). Muestra el contenido de la enseñanza de Jesús. Palabras no perezosas, sino con velocidad de rayo. Palabras de ánimo a las comunidades perseguidas para mantener la esperanza. Lo que distingue una vida plena de la que no lo es, es la confianza en el Señor. Mensaje importantísimo sobre la felicidad. Uno de los textos más impresionantes de la historia.

2. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA: Lucas 6, 17. 20-26

En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».

3. FECUNDIDAD DE LA PALABRA

Él, levantando los ojos hacia sus discípulos. Jesús habla mirando. Va a proclamar un ideal de incomparable belleza, algo que quizás no entendamos (¿puede ser feliz un pobre?), pero sabemos que él nos ama hasta el extremo, su palabra es fiel, es de fiar. Se trata de palabras poéticas, pero a contracorriente, lenguaje provocador.

Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. ¿Qué tipo de pobres son estos que poseen lo esencial? ¿Somos lo que tenemos o lo que somos? En el ser humano está la fonte que mana y corre, está el Reino. Aprender a vivir así es un arte. ¿Dónde podemos la seguridad? Los miedos van unidos a seguridades postizas, que no aseguran nada. En el pobre entra el Señor con su novedad y libera. Ser pobre en el corazón eso es santidad.

Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Lo que ahora vivimos no es lo definitivo. Al elegir ser pobres, el futuro se hace presente y el Reino es nuestro, se estrena solidaridad. Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad.

Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados expresa el abrazo de Dios. Viene el Reino: la boca se llena de risas, la lengua de cantares; es posible consolar a otros. El dolor no tiene la última palabra. “En las noches sombrías ¿cantaremos también? En las noches sombrías, cantaremos también”. Saber llorar con los que lloran, eso es santidad.

Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. El sufrimiento es dolor de parto. El secreto de la felicidad está en tomar parte de la alegría de Dios. Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es santidad.

Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Al dejarnos sorprender por la belleza de la verdad de Jesús, al vivir con esta convicción profunda, saltamos de gozo. La resurrección da futuro a los excluidos, a las víctimas.

¡Ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! Ineficacia de los egoísmos. Los ayes son formas de muerte disfrazadas de vida con minúscula. Las riquezas son como la aridez en el desierto, como un cardo borriquero. El corazón, cuando se siente rico, cierra la puerta a Dios. Dios no puede ser escuchado de igual manera por todos.

¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre! La búsqueda de lo superfluo agota y no da la alegría. Pero a la vez la pobreza no es una fatalidad, sino una injusticia. Hay hambre porque alguien no comparte el pan. Dios no está en la risa insolidaria.

¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! El mundano mira hacia otra parte cuando hay problemas de enfermedad a su alrededor.

¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Querer valer en corazón ajeno es paja; buscar profetas que nos halaguen es dejar fuera la novedad y alegría del Evangelio. Nos basta saber que Dios habla bien de nosotros.

4. RESPUESTA A LA PALABRA. MEDITACIÓN

¿Cómo prefieres vivir: como un cardo en la estepa o como un árbol frondoso?

¿Qué te aportan las bienaventuranzas?

Tu confianza en Dios, ¿te lleva a ver y vivir la vida en positivo? Tu mentalidad ¿se basa en el criterio de Jesús o en el criterio del mundo?

5. ORAR LA PALABRA

Lo que agrada a Dios en mi pequeña alma es que ame mi pequeñez y mi pobreza, es la esperanza ciega que tengo en su misericordia (Santa Teresita).

6. CONTAR AL MUNDO LA NUEVA MANERA DE VIVIR

Testigos.

Recuerdo vivo de Pablo Ráez. Vídeo. Gracias, Pablo, por ser valiente en tiempos de cobardes, gracias por ser honesto en tiempo de falsedades, gracias por ser libre en tiempo de esclavos, y gracias por ser creyente en tiempo de paganos.

Pedro Tomás Navajas

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: Lucas 6, 17. 20-26

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