Acogemos al grupo
- Miramos a nuestro grupo. Es un signo de comunión y de búsqueda. Estamos en camino, realizando juntos/as el Proyecto de Jesús: recrear nuestra vida consagrada bebiendo en las fuentes del encuentro con Dios.
- Miramos al mundo con sus luces y sombras, sus gozos y sus penas, habitado por el misterio del mal, y con un gran deseo de paz que se convierte en clamor. Para los seguidores de Jesús nada humano nos es ajeno.
«El Espíritu mismo, además, lejos de separar de la historia de los hombres las personas que el Padre ha llamado, las pone al servicio de los hermanos según las modalidades propias de su estado de vida, y las orienta a desarrollar tareas particulares, de acuerdo con las necesidades de la Iglesia y del mundo, por medio de los carismas particulares de cada Instituto»(VC 19).
Canto: Lámpara es tu palabra para mis pasos. Luz en mi sendero
Símbolos: Entra la Palabra y la Luz
Nos acercamos al evangelio de Marcos para acoger a Jesús y para dejar que sus gestos de compasión nos despierten el amor. Abrámosle la puerta del corazón.
Lectura de la Palabra de Dios: Marcos 1,21-28
«En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios; Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él». El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea».
Comentario sapiencial:
- La gente se admiraba de la forma tan sencilla y clara de hablar que tenía Jesús. Quedaban fascinados ante la naturalidad con que Jesús discernía cada situación ofreciendo soluciones sorprendentes. Junto a Jesús se respiraba lo nuevo. ¡Qué forma tan sorprendente la suya de hacer presente a Dios!
- Jesús descubre el valor infinito de cada persona y ayuda a que cada uno se libere de las trabas que le impiden crecer en la libertad yen el amor; nunca se acerca a las personas por interés. Es valiente y se atreve a plantar cara al mal. No lo olvides: Jesús libera, te libera.
Momento de silencio
Gesto: Manos abiertas mientras se escucha la siguiente oración con música de fondo.
Oración de las manos abiertas
«Señor, sé que es difícil seguirte como Tú quieres. Intento una y otra vez comenzar de nuevo
para que todo huela a fresco. Ventilo cada día las paredes del corazón para hacerle hueco a tu aliento.
Pero tropiezo con tu Palabra, cada vez que cierro los ojos esperando magias. Y sé que no debe ser así, Padre.
Debo abrir mis ojos y extender mis manos.
Porque el milagro debo hacerlo yo. Minuto a minuto. Gesto a gesto. Con mis manos. Casi lo único que tengo. Mis pobres y torpes manos.
Estas manos que quieren parecerse a las tuyas en el esfuerzo y en la pasión.
Dedos que se agarren con fuerza a cada uno de mis sueños. Arañando hasta el límite de mi fe en Ti.
¡Manos desconsoladas tantas veces!. Que no quieren ser tuyas a ratos, sino eternamente tuyas.¡Y que me cuesta tanto!.
Son como aprendices de caricias sobre el dolor».de las personas rotas. Dame fuerzas, Señor, para que mis dedos amen a destajo,
para que mis manos limpien la tristeza, en al almas rotas, para que mis puños derriben cualquier conato de injusticia y para que permanezcan extendidas acogiendo entre sus palmas a los más necesitados.
Dame aliento, Señor, para que estas manos puedan ser las tuyas y nunca jamás vuelvan a tener miedo.
Que sean capaces de decir que sí a tu llamada peregrina y loca. Agradecidas de tanto echar al hombro tanta tristeza y tanta angustia
Alegres de dar, voluntariamente, toda la ternura que es capaz de crear nuestro pobre y humilde silencio».
Oración (rezada por todos/as)
«Santa María, Madre de Dios, tú has dado al mundo la verdadera luz,
Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios. Te has entregado por completo
a la llamada de Dios
y te has convertido así en fuente de la bondad que mana de Él.
Muéstranos a Jesús.Guíanos hacia Él. Enséñanos a conocerlo y amarlo,
para que también nosotros podamos llegar a ser capaces
de un verdadero amor y ser fuentes de agua viva
en medio de un mundo sediento».
Canto final: Testigos
«Nos envías por el mundo a anunciar la buena nueva. (Bis) Mil antorchas encendidas y una nueva primavera. (Bis)
Si la sal se vuelve sosa ¿quién podrá salar el mundo? (Bis). Nuestra vida es levadura, nuestro amor será fecundo. (Bis)
Siendo siempre tus testigos cumpliremos el destino. Sembraremos de esperanza y alegría los caminos. (Bis)
Cuanto soy y cuanto tengo la ilusión y el desaliento. (Bis) Yo te ofrezco mi semilla, y Tú pones el fermento». (Bis)
Caminos de consagración
Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Elías Royón, S.J. – Presidente de Confer