«Mirarán al que traspasaron» (Juan 19,37)
MIRAMOS A JESÚS CRUCIFICADO
Hoy, viernes santo, miramos tu cruz levantada en lo alto del monte. En silencio adoramos tu ofrenda al Padre. Tus brazos extendidos abrazando a todos/as. Tu cabeza inclinada, abandonada en las manos del Padre. Tu rostro de Siervo sufriente ha quedado desfigurado. Tu costado abierto ha regado la tierra con sangre y agua. Lo has dado todo y te has quedado abierto, pobre y pequeño. Nos amas sin lógica, sin medida, sin nada a cambio. Nos amas porque lo tuyo es amor fiel. Te miramos y te vemos humano, muy humano. Tu humanidad nos sobrecoge y subyuga. Tu amor mezclado en ese misterio de iniquidad nos deja sin palabra.
NOS ACERCAMOS A LOS CRUCIFICADOS
Hoy, viernes santo, nos acercamos a los crucificados de la humanidad. Traemos ante ti, Jesús crucificado
Los relatos de los pobres, que desde la cruz del sufrimiento cotidiano anhelan vivir en medio de grandes dificultades.
Las imágenes de las víctimas, cuerpos mutilados abriendo caminos de esperanza. Mujeres embarazadas mirando asustadas y desprotegidas. Rostros de niños atrapados en las redes de la esclavitud.
Las noticias de los sin voz. Multitud de gente huyendo de la guerra y la violencia. Las cifras de los condenados a muerte por el hambre, las drogas, la miseria. Los campos de refugiados, las cárceles, las pateras, los hospitales… Y tantos lugares y situaciones de desamor, donde milagrosamente brotan semillas de vida, de ayuda gratuita.
La situación de tantas familias que no tienen lo necesario para vivir, aquellas que se han quedado sin nada a causa de los desastres naturales.
PARA RESPONDER CON AMOR
Jesús acogemos en nuestro corazón
a tanta gente crucificada
en la que tú sigues habitando.
No permitas que la indiferencia y el egoísmo
cierren nuestras entrañas a su dolor.
Que su fortaleza y esfuerzo
para sobrevivir en medio del sufrimiento
nos interpele.
Que su creatividad que desafía los imposibles
y su solidaridad sin límite
nos desinstale.
Que podamos aprender con ellos
los caminos nuevos de la fraternidad
y de la paz.
Amén