¿Cómo acercarnos?
Cuando Dios nos desvela su Rostro de Padre-Madre, sólo cabe la admiración y el agradecimiento más profundos.
Cuando Dios nos muestra que en lo más secreto de su corazón lleva grabados los nombres de los pequeños, de los que están a la orilla del camino, nos brota el estupor. ¡Bendito sea el Dios de la ternura entrañable!
Adviento es camino de admiración
Leerlo
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
¿Cómo orarlo?
- Ponte en las manos de Dios y deja que su amor habite tu corazón.
- Dile con confianza, al amanecer, que te enseñe el camino de la vida.
- Lee y ora el Evangelio de cada día. La palabra de Jesús es Luz para el camino.
- Recorre el camino de la confianza durante el día.
¿Cómo vivirlo?
Quien contemple el rostro de Jesús, no puede menos que abrir el corazón para que entren en él todos los hombres y mujeres hambrientos de paz y de justicia, sedientos de perdón y felicidad. Quien esté cerca de Jesús, será misionero de cercanía para los humildes del pueblo.
«Adviento es el tiempo en que los hombres y mujeres miran a Cristo presente en la humanidad. Entonces, todo lo que endurece los corazones se derrite ante la luz del Evangelio, entonces aparecen actitudes nuevas aprendidas juntos al Niño-Dios nacido en humanidad.»