¿Cómo acercarnos?
- Cuando alguien hace un descubrimiento o cuando vive una fuerte experiencia, se crea una gran expectación a su alrededor.
- Son muchos los que se acercan para escuchar algo importante y vital. Todos podemos hablar de Dios. Pero no es lo mismo hablar de oídas que hablar desde la experiencia.
- Es un gozo escuchar esas palabras. Es un gozo mayor imitarle. Quien se ha encontrado con él habla con entusiasmo, con fascinación; quiere contagiar a otros su experiencia.
Adviento es una actitud de bendición
Leerlo
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen
y se alegren.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
El lo escucha
y lo salva de sus angustias.
Pero el señor se enfrenta con los malhechores
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos;
no será castigado quien se acoge a él.
¿Cómo orarlo?
- Los ojos del Señor te están mirando. «Mira que te mira».
- Los oídos del Señor escuchan tus gritos. Háblale con el corazón.
- Sigue el consejo del salmista. «Contempladlo y quedaréis radiantes».
- Siéntate con otros y comparte con ellos tu experiencia de Dios. Estarás formando un grupo de oración, un espacio habitado por la Santísima Trinidad.
¿Cómo vivirlo?
Asistimos hoy a una auténtica revolución de los medios de comunicación. Una forma de vivir este salmo puede ser utilizar estos medios para comunicar todo lo que tiene vida y belleza dentro. Cuando encontremos un testimonio o un libro, o una canción, que huelan a vida, extendámoslas a nuestro alrededor. Porque hoy sigue habiendo heridas que solo la belleza del Señor puede curar.