CON MARÍA, EN ORACIÓN, A LA ESPERA DEL ESPÍRITU

En un ambiente recogido y en penumbra, el lugar se adorna con el Cirio Pascual, siete velas, una fuente de agua, el ambón preparado para la Palabra, un icono de María y un cestito con pequeñas llamas de cartulina que representan los dones del Espíritu Santo. Suena música instrumental suave que invita a la oración.

Animador:

Como los apóstoles en el Cenáculo, nos reunimos esta noche, junto a María, para esperar al Espíritu Santo. Con corazón abierto, pedimos un nuevo Pentecostés que renueve nuestras vidas, nuestras comunidades, familias, y nuestro mundo. Invocamos con confianza:

«Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor».

Nos abrimos al Espíritu divino para que encienda el fuego del amor en nuestro corazón; nos abra al Reino de Dios; nos revista de novedad y teja entre nosotros la nueva humanidad donde las diferencias de raza, religión, sexo, nacionalidad, o estado social no constituyen ningún privilegio

“Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu” (1Cor 12,13).

Canto: ¡VEN, ESPÍRITU, VEN ESPÍRITU, VEN, ESPÍRITU, VEN, ESPÍRITU!

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas,
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tu le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía el que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

El Espíritu divino nos acompaña en la búsqueda de toda verdad, nos lleva a Jesús, «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). El Espíritu nos enseña a reconocer su gracia en nosotros. Nos ayuda a superar las resistencias que tenemos a la verdad. El Espíritu nos descubre la oscuridad que todavía hay en nuestro mundo, las guerras, las injusticias, las desigualdades, los abusos de poder y la marginación de los débiles y pequeños.

Presentamos algunas situaciones que más golpean nuestra sensibilidad de creyentes en la Trinidad, que desea que toda la humanidad sea una familia de paz y comunión.

(Se oyen estas u otras voces)

Víctimas de la guerra, del terrorismo. Inmigrantes rechazados. Niños/as de la calle. Jóvenes desorientados. Drogo-dependientes. Refugiados. Secuestrados. Enfermos. Los que sufren depresión y soledad. Enfermos mentales. Alcohólicos. Personas sin trabajo. Mujeres maltratadas. Familias desunidas. Trabajadores explotados. Ancianos abandonados. Países en guerra. La tierra herida.

Canto: EN NUESTRA OSCURIDAD ENCIENDE LA LLAMA DE TU AMOR, SEÑOR, DE TU AMOR, SEÑOR.

Nos dice el papa León: “En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad” (Homilía , Domingo 18 de mayo de 2025).

Gesto: Con las manos enlazadas rezamos el Padrenuestro

El Espíritu es la fuente de la oración cristiana, nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! y confesar que Jesús es el Señor.

«El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios» (Rom 8,26-27).

Símbolo: Una persona entra con el Cirio Pascual encendido. Otra con la Palabra abierta y otra con una fuente de agua.

(Se colocan en el medio de la Asamblea con los símbolos en alto, mientras se proclama la Palabra, dejando unos instantes de silencio)

Lectura de la Palabra:

«El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie gritó: «El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice la Escritura: “de sus entrañas manarán ríos de agua viva”» (Jn 7, 37-38).

Gesto: Mientas se canta, varias personas se acercan a la fuente de agua, toman agua de la fuente y trazan la señal de la cruz en la frente.

Canto: YO TENGO UN GOZO EN EL ALMA

Yo tengo un gozo en el alma, grande gozo en el alma,grande gozo en el alma y en mi ser. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! Es como un río de agua viva, río de agua viva. Río de agua viva en mi ser.

No te avergüences y alaba a tu Señor, no te avergüences y alaba a tu Señor. Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El, no te avergüences y alaba a tu Señor.

Con alegría, alaba a tu Señor, con alegría, alaba a tu Señor. Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El, con alegría, alaba a tu Señor.

Ama a María y alaba a tu Señor, ama a María y alaba a tu Señor. Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El, ama a María y alaba a tu Señor.

Ama a tu hermano y alaba a tu Señor, ama a tu hermano y alaba a tu Señor,da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El, ama a tu hermano y alaba a tu Señor.

Gracias al Espíritu divino estamos en comunión con el Padre y con el Hijo. Por medio de Él, el Padre y el Hijo se hacen presentes y tejen la comunión con la Iglesia, con el cristiano, con el mundo.

El Espíritu nos regala la interioridad, la creatividad, la comunión, la gracia de ser amados; nos enseña a valorarnos desde el don de Dios, nos guía en el camino de la confianza; nos cita en el Misterio que nos habita.

Nos dice el papa León: “Todos, en efecto, hemos sido constituidos «piedras vivas» (1 P 2,5), llamados con nuestro Bautismo a construir el edificio de Dios en la comunión fraterna, en la armonía del Espíritu, en la convivencia de las diferencias… Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado (Homilía , Domingo 18 de mayo de 2025).

Símbolo: Mientras el Lector lee los Dones del Espíritu Santo, se encienden las velas y siete personas las levantan en alto, otras personas reparten los dones del Espíritu Santo a los participantes.

Sabiduría: Nos permite ver todas las cosas con los ojos de Dios

Entendimiento: Nos da una luz interior para penetrar los misterios de la fe

Consejo: Nos ayuda a discernir en las situaciones difíciles cuál es la voluntad de Dios.

Fortaleza: Nos da el valor para enfrentar las dificultades, vencer el miedo y perseverar en el bien.

Ciencia: Nos capacita para juzgar correctamente las cosas creadas, descubriendo en ellas la huella del Creador.

Piedad: Infunde en nosotros un amor filial hacia Dios y nos mueve a amar y servir a los demás con corazón de hermanos.

Temor de Dios: Es un respeto profundo, un amor reverente al Padre que tanto nos ama.

Gesto: Las personas que llevaron los símbolos de la celebración los levantan

Animador:

Nos dice el papa León: “Nosotros queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! Escuchen su propuesta de amor para formar su única familia: en el único Cristo nosotros somos uno. Y esta es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, para construir un mundo nuevo donde reine la paz” (Homilía, Domingo 18 de mayo de 2025).

El Espíritu, que es dador de carismas para la edificación del pueblo de Dios, nos envía a ser testigos del Amor en el mundo, a tejer comunión en Iglesia sinodal, a vivir en verdad en nuestra vida y a ser felices porque nuestra vida está en las Manos de Dios.

Canto: ID AMIGOS POR EL MUNDO ANUNCIANDO EL AMOR. MENSAJEROS DE LA VIDA DE LA PAZ Y EL AMOR. SED AMIGOS LOS TESTIGOS DE MI RESURRECCIÓN. ID LLEVANDO MI PRESENCIA. CON VOSOTROS ESTOY

Equipo CIPE

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