HAREMOS MORADA EN ÉL

Comienza este momento de oración en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Invoca al Espíritu Santo. Pídele sensibilidad espiritual para dialogar amistosamente con Dios en la morada de tu corazón. Agradece sus dones.


* Gracias, Espíritu, por sostenerme en las pruebas. 
* Gracias, Espíritu, por recordar en mi corazón las palabras de Jesús.*
* Gracias, Espíritu, por mantener nuestra fe. 

Juan 14,23-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la pala­bra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se aco­barde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis cre­yendo».

No te imagines hueco/a en tu interior. El Dios a quien buscas no está lejos de ti. Entra en tu corazón y ahí lo encontrarás. Tu corazón
está habitado por la Trinidad. Los Tres habitan en el hondón de tu alma. Mantén con Dios una relación de amistad, de cercanía. 
Tu vida es morada de Dios, tienda de encuentro con Él. La misma realidad humana, con sus gozos y dolores, se convierte también en santuario de Dios.

Bendice a Dios, que quiere comunicarse contigo. Únete a toda la creación, a la comunidad cristiana. Entra en esa corriente de vida que recorre el universo. Alégrate de que un día Dios sea todo en todos por el amor.

Ábrete al mensaje de Jesús. Su amor te libera. El está siempre a tu lado.

* Gracias, Jesús, por estar siempre conmigo.
* Gracias, Jesús, por tu amarme con un amor que no se acaba.
* Gracias, Jesús, por ayudarnos a vencer nuestros miedos.
* Gracias, Jesús por darnos cada día la paz.
* Gracias, Jesús, por la alegría que pones en mi corazón. 

Vive este día como una oportunidad que Dios te ofrece para responder a su amor. En el don de tu vida a los demás se verifica tu encuentro y tu amistad con Dios. 

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