Martes Santo: «El señor es mi salvación»

Jesús revela, en los gestos de la última cena, la calidad de su amor

  • Desde tu situación de desplazado/a
  • Desde tus miedos e inseguridades
  • Desde tu deseo de búsqueda de comunión…

Vete a Jesús

Es el Siervo. Lleno de confianza en el Padre, ofrece un lugar en el Reino para todos. Ha recibido una misión de Dios: reunir a todos los pueblos en un solo pueblo de hijos/as y hermanos/as. Tiene un proyecto de salvación para todas las naciones, todas las culturas, todas las religiones de la tierra. (Cf. Is 49,1-6)

La traición de Judas y la negación de Pedro, dos testigos del reino anunciado en las aldeas de Galilea, parecen llevar al fracaso toda la entrega de Jesús. Sin embargo, el Plan del Padre, aceptado por Jesús, llegará a su plenitud en el amor entregado libremente, que da la vida y capacita al ser humano para amar sin límites. El grano de trigo, sembrado en la tierra, dará fruto abundante. «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar… Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado… Lo que tienes que hacer hazlo enseguida… Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él» (Jn 13, 21.26.27.31)

Acércate a Jesús

Va por los caminos de la vida con los ojos abiertos. Contempla a las muchedumbres descarriadas, a enfermos que no saben ya a quién acudir, a oprimidos por el maligno, a publicanos, a mujeres que ejercen la prostitución, a niños despreciados… y le brotan los gestos de ternura y de compasión, le nacen palabras de esperanza: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10,10)

Su deseo más hondo es que todos/as se sienten a su mesa y todos tengan pan, palabra y dignidad. Ora pidiéndoselo al Padre: «No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que por medio de su palabra creerán en mí, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti» (Jn 17,20-21)

Está dispuesto a entregar su vida hasta el final, como expresión de su amor fiel, para la vida de todos. «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros» (Lc 22,20)

Pistas de luz para tu camino

  • Da pasos para reconciliarte con alguna persona de la que estés alejado/a.
  • Esfuérzate en defender la vida, potenciar la vida, dignificar la vida, hacer más feliz la vida de los demás.

Oración

Gracias, Señor Jesús.
Tú me has dado la vida.
Tú me amas.
Tú abres tu casa para todos.
Haz que mi vida no tenga fronteras.
Amén.

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