Lectura orante del Evangelio: Lucas 11,27-28
Virgen del Pilar concédenos fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente.
Jesús habla alabando, admirando, contemplando, bendiciendo. Habla en un contexto de alegría, en contexto de amor. Con su palabra riega los corazones con el agua del Padre, que hace llover su gracia sobre todos.
Gracias, Jesús, por tu Palabra.
Una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo.
El Espíritu, que está siempre con nosotros, no nos abandona. Nos enseña a tener una atención inteligente y amorosa a la realidad tal cual se nos presenta y a vivir en medio de ella el gozo de nuestra fe y la belleza de la oración interior. Una mujer…, no faltan mujeres que irradian luz y esperanza y son un estímulo para que muchos emprendan con decisión el camino apasionante del Evangelio. Cada mujer es una encarnación de la esperanza., mujer apasionante, inteligente, luchadora y comprometida, dedicó muchas de sus energías a destacar la identidad de la mujer: El alma de la mujer debe ser amplia y abierta a todo lo humano; debe ser sosegada, de modo que ninguna débil llama pueda ser apagada por la tempestad; debe ser cálida, a fin de que las tiernas semillas no se congelen; (…) vacía de sí misma, para que la vida ajena tenga en ella espacio; finalmente, señora de sí misma y de su propio cuerpo, a fin de que toda su personalidad se encuentre en actitud de servicio a toda llamada (Santa Edith Stein).
Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.
La canción de María es en su corazón un grito de júbilo incontenible porque Dios ha mirado su pequeñez, su simplicidad… Y nace como canción verdadera, conmovedora, del eco con que Dios resuena en ella.
Dios se estremece de alegría al oír el FIAT de María (Beato María Eugenio).
Pero él dijo: Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
En la escucha de la Palabra se destaca la figura de María, discípula, ejemplo de fe y obediencia a Dios, PILAR de nuestras vidas. Necesitamos escuchar para ser personas, para ser lo que Jesús crea en nosotros. Con la ayuda del Espíritu, es hora de descubrir la gracia, presente en tantas señales de vida, que se ha derramado sobre la humanidad en la Palabra. Es tiempo para la contemplación de la figura de María, PILAR de fe de cara a lo desconocido. María, ejemplo para la vida. Dios cuenta con nuestra libertad para decir ‘hágase’. Dios tiene su lógica. No quiere actuar si no le damos nuestro consentimiento. En este mundo en que vivimos, muchas veces sentimos que nos obligan. Dios no hace eso jamás. Dios nos ha hecho libres. Dios nos ha dado una voluntad libre y es respetuoso con este don. No hace nada sin contar con nosotros. No nos santificará en contra de nuestra voluntad. Se trata de entregarnos a él desde la libertad. Dios quiere el homenaje de nuestra libertad, que libremente le entreguemos nuestro amor (Beato María Eugenio).
Hágase en mí según tu Palabra.
Con la Virgen del Pilar se afianza nuestra esperanza. Desde el CIPE – octubre 2025