Este pequeño recorrido eucarístico de María es una respuesta agradecida al Papa Juan Pablo II, por su amor a María, por su amor a la Eucaristía.
Mujer construida sobre la gracia, maestra en el arte de mirar a Jesús. Decir tu nombre, María, es decir Eucaristía. Te asomas al misterio del amor abriendo de par en par tu corazón a la Palabra. Nos invitas a hacer lo que Él nos diga. Tu seno virginal, abierto para acoger la encarnación de Dios, se hace altar de ofrenda, mesa para todos.
¡Dichosa tú que has creído! Tu fiat abre las puertas al Misterio. Preparas nuestro amén al recibirlo. Tu Magnificat es una Eucaristía. Rezuma gozo, desvela una Presencia. Es respuesta agradecida a tanta gracia. Cuando cantas a Dios llevas muy dentro a Jesús, hecho amigo, compañero de todos los pobres de la tierra. Tu pobreza, mirada, es fuente de alegría. El pan y el vino: sencillos signos de amor son germen de vida nueva para todos. Un mundo al revés anuncia toda Eucaristía: los poderosos, derribados de los tronos, los humildes, colocados en la altura.
Llevas en las entrañas a tu Hijo, así visitas a las gentes, de camino. Con Isabel lo adoramos en el gozo. Tu regazo es cuna donde lo colocas, Eucaristía siempre abierta para que lo adoremos asombrados. Miras y miras a tu Hijo, embelesada. ¡Cómo te brota la ternura al abrazarlo! Eres modelo de amor a Jesús, para la Iglesia. Sus ojos se encuentran con los tuyos. No es despilfarro ese «mira que te mira» que nos sugieres hacia Jesús Eucaristía.
Al igual que en la Cena de tu Hijo, en tu corazón todo se anticipa: su muerte en cruz, la alegría de la Pascua. Cuidas la vida con todas las mujeres, signo de ternura en medio de las gentes, lavatorio de pies ininterrumpido. Jesús es don, Eucaristía permanente. Todo nos lo da como un derroche. En la Cruz nos regala tu presencia. En todo apuro nos muestras a Jesús, la Cena que recrea y enamora, la Fonte que mana y corre aún en la noche.
Comienza la Iglesia su andadura, y allí, en medio, estás tú de animadora, haciendo la eucaristía de Jesús. Cielos nuevos, tierra nueva, anticipa cada día tu esperanza, anticipa cada Eucaristía. Muchos granos de trigo hacen el pan, muchos hombres y mujeres de la tierra se hermanan en tu casa, son familia.
Gracias, María, por ser Eucaristía, por ser reflejo de Jesús Eucaristía, por ayudarnos a ser Eucaristía. Gloria al Padre, dador de tanto amor. Gloria al Hijo, dador de tanta gracia. Gloria al Espíritu, dador de comunión. Gloria a la Trinidad, por ser Eucaristía.