«QUE EL SEÑOR TE MIRE CON CLARIDAD Y TE MUESTRE SU BONDAD»(Nm 6,25)
La claridad de esa Luz que disipa toda tiniebla,
de esa Luz que calienta toda frialdad,
de esa Luz que quema y aniquila rabias,
rencores, odios …
de esa Luz que desvela lo que resta oculto,
de esa Luz que conforta soledades.
Esa mirada misericordiosa que perdona toda falta y mezquindad,
esa mirada acogedora que abraza heridas,
esa mirada tierna que envuelve las asperezas,
esa mirada silenciosa que nos habla desde el corazón,
esa mirada pacificadora que aplaca las iras.
Que el Señor nos muestre la claridad de su mirada
desde el clamor de los que no tienen nombre.
No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismoque destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Papa Francisco (MV 1)
Mar Galceran