NO DORMIRÉ… ESPERARÉ…
No huiré cuando las dificultades
o los sufrimientos me abrumen,
ni buscaré las distracciones
que me enturbien la memoria.
Despediré a las muertes que se avecinan
y me agarraré a los vástagos
que alimentan la esperanza.
No dormiré todavía,
hasta que los silencios de la noche
me devuelvan las palabras,
para proclamar la luz
de una nueva aurora.
Acogeré el frío
que la oscuridad me brinda,
para descubrir la calidez escondida
en las estancias del alma
aún no exploradas.
Y esperaré, en la quietud,
a que una brisa impulse nuevos pasos.
Mantendré los ojos bien abiertos,
más allá de los desánimos
que los declinen,
para contemplar los contraluces
que me inviten a abrazarlos.
No. No dormiré.
Permaneceré velando,
en el abrigo de tu refugio,
hasta que fecunde la pobreza
de mi libertad.
Mar Galceran