ALGUNAS COSAS QUE LLEVO EN EL CORAZÓN
Reiterar una vez más que el Sínodo no es un parlamento. Es un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda actuar. Y por eso las informaciones que se ofrecen son de carácter general. Y no los detalles, los nombres, la formas de decir las cosas… con las cuales, el Espíritu Santo trabaja en nosotros. Este ha sido un espacio protegido. No olvidemos que ha sido el Espíritu quien ha trabajado aquí.
El resultado del Sínodo no es un documento. Lo dije al comenzar. Estamos llenos de documentos… Y yo no sé si este documento allá fuera hará algo, pero lo que sí sé es que ha de actuar en nosotros. Tiene que trabajar desde nosotros. Nosotros, en la comisión preparamos el documento, lo estudiamos, presentamos los modos, lo aprobamos. Y ahora el Espíritu nos entrega a nosotros el documento para que trabaje en nuestros corazones, somos nosotros los destinatarios del documento. Porque este documento ha de trabajar y para que trabaje hay que orarlo, hay que estudiarlo, hay que pedir luces… Pero el documento es para nosotros principalmente. Claro, va a ayudar a muchos más, pero los primeros destinatarios somos nosotros. El Espíritu ha hecho todo esto, no lo olvidemos por favor.
Y lo tercero, pienso en nuestra Madre, la Santa Madre Iglesia. Los últimos 3 números sobre la santidad nos muestran lo que es la Iglesia. Nuestra madre es santa, pero los hijos son pecadores. Somos todos pecadores. Y no olvidemos aquella expresión de los padres, la casta meretrix, la Iglesia santa, la Madre santa, con hijos pecadores. A causa de nuestros pecados, está siempre el gran acusador que anda merodeando, vagando, buscando a quien acusar, y en este momento nos está acusando con fuerza, y esta acusación se transforma también en una persecución. Lo dice el presidente hoy, su pueblo se encuentra perseguido tal como pasa en Oriente y en otros lugares del mundo también.
Hay 2 tipos de persecuciones, constantes de ensuciar a la Iglesia. Pero a la Iglesia no hay que ensuciarla, los hijos somos todos sucios pero la Madre no lo es, y en este momento tenemos que defender a la Madre, y a la Madre la defendemos del gran acusador con la oración y la penitencia. Y por eso les he pedido que durante este mes, que está por terminar, recen el Rosario a San Miguel Arcángel para que proteja a la Santa Madre Iglesia. Se trata de un momento difícil porque el acusador, por medio de nosotros, ataca a la Madre, y a la Madre, y a la Madre no se le toca.
Esto quería decirlo de todo corazón al terminar el Sínodo. Y ahora, el Espíritu Santo hará trabajar este documento, a todos nosotros nos hará reflexionar sobre lo que significa para nosotros.