Nos reunimos para celebrar el Adviento. El Señor nos invita a preparar su próxima llegada. Estamos alegres porque viene a traer luz a nuestras tinieblas y amor a nuestros corazones. Nos despierta, nos saca de la monotonía y de la rutina, aviva en nosotros la esperanza. Revuelve las brasas para que ardan las llamas.
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