Desde la cumbre 

¿Qué murallas? Aquellas que no permiten ver todo aquello que a mi lado finaliza. Ser consciente cada día del regalo que se recibe por el hecho de estar viva.


Tu casa, mi casa, ¿A caso no son las mismas? Siento el calor del hogar, siento tu caricia continua, y como padre me esperas siempre… cada día.


Mirar, ver… son cosas distintas. La primera es superficial, nace y muere sin más dicha; la segunda es conciencia y todo lo que toca profundiza.


A veces es difícil liberar las trabas que la vida prodiga, por más esfuerzo no hallamos salida.La acción de la no acción es guiada por aquel que siempre te ama y ayuda.


Qué más puedo pedir que estar siempre contigo, tú me aceptas, me amas sin condición ni derechos impuestos. Me regalas cada día la palabra y sobre la mejilla me colocas un beso.
Qué más puedo pedir que sentirme guiada por tus pasos, transmitir con palabras que el mundo
podría ser un paraíso, si un oscuro velo no nos ocultara lo que es real y eterno.  


El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán”.
Así nos dice el evangelio de Lucas; es alentador su mensaje porque habla de su presencia ya en esta tierra.
El tiempo es convulso, la verdad parece soterrada; pero una luz interior nos indica que merece la pena no cejar en el empeño de transmitir, que un nuevo mundo amanece sobre las oscuras ruinas de la nada. Los jóvenes son la esperanza…   


Una y otra vez, sin cansancio, con confianza, sabiendo que las cosas suceden por algo, para algo.
Aceptar los errores, asumir la ignorancia, es un salto de gracia.
Pero dejar de escribir no puedo, es algo que al realizarlo me ensalza, lo demás importa menos, me fío de Ti que eres compasivo y bueno.


Nadie ha dicho que sea fácil la empinada cuesta que nos lleva hasta su fin; en el viaje vamos dejando jirones, retazos de nuestra piel; así vamos vaciando el pesado bagaje depositado en el cuenco de nuestro ser, y al llegar a la cima sólo tenemos el hueco que quedó después de tanto acontecer.
Ahora, en nuestras manos, superada la meta más decisiva, sólo nos queda transformar la cavidad en un continuo transcender…


Libres para amar, libres para discernir, libres para expresar aquello que el alma precisa decir…
Tarde de otoño, el sol lanza sus dardos de amortiguado fuego; desde mi hogar vivo un presente que se aproxima al eterno. El instante se prolonga para comunicar lo que siento, lector y autor forman un lazo intenso.


Sin tu luz no es posible la alborada, los rayos inundan un horizonte lejano, la luna se esconde para dar paso a la mañana. Mi cuerpo es lámpara que transmite en derredor efluvios de plata, para llegar a ti, a ti, a ti, allí donde la luz con todo su esplendor alcanza.

Anna Duart

Poemas de Anna Duart

Libros recomendados:

Post recomendados:

Viva el evangelio como nunca antes:

Recibe nuestras reseñas literarias:

Únete a nuestra comunidad literaria para recibir reseñas semanales de libros  de tu interés por e-mail. Es gratis y disfrutarás de precios más bajos y regalos en nuestras editoriales con tu cupon de socio.