Encuentro con Jesús: Miércoles santo: “El Señor es mi Fortaleza”

  • En un mundo en el que se respira la inseguridad.
  • En un mundo en el que predominan las relaciones de desigualdad.
  • En un mundo enfermo necesitado de hermandad y solidaridad.
  • En un mundo que anhela la salud, la paz y libertad…

Escucha a Jesús

Es el Siervo que abre el oído para escuchar. Y como siervo se pone en medio y comunica palabras de vida, de consuelo y de paz. Abre sus manos a todos los necesitados y sella una alianza, un pacto de ternura, con todos los despreciados (Cf. Is 50, 4-9).

Quédate con Jesús

Se acerca la hora delicada de su Pascua, la hora del amor más intenso. Jesús sabe que se va a quedar solo y aun así no retira su confianza ni a Judas, que lo va a traicionar, ni a Pedro, que lo va a negar; ni a sus amigos, que lo van a dejar solo; comparte con ellos su pan y su vino.

“El Maestro dice: ‘Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos…’ Al atardecer se puso a la mesa con los Doce” (Mt  26,28).

Ora con sus discípulos hasta el final, asumiendo sus debilidades y exhortándoles a superarlas:

“Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos, y los discípulos le siguieron. Al llegar al lugar les dijo: orad, para no caer en la tentación” (Lc 22,39-40).

 Con el gesto profético de lavar los pies a sus discípulos, Jesús revela el nuevo rostro de Dios. Jesús se pone en medio como el que sirve y se abaja y se desvive por todos.

“Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros… Dichosos vosotros si lo ponéis en práctica” (Jn 13,14.17). 

Palabra del papa Francisco

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Señor, esta tarde tu Palabra nos interpela se dirige a todos. En nuestro mundo, que Tú amas más que nosotros, hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo. Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa.
No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”
(Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, Viernes, 27 de marzo de 2020).

Pistas de luz para tu camino

♦ Abre tu oído y escucha alguna necesidad de las personas que te rodean.

♦ Pon los dones que has recibido al servicio de los demás, como una prolongación de la eucaristía de Jesús.

♦ Aprovecha este día para perdonar de corazón a quienes te han ofendido.

 Oración

Te alabo y te bendigo, Padre.
En la Pascua de Jesús me revelas tu rostro de amor,
te abajas hasta mí como buen samaritano.
¡Bendito y alabado seas! Amén.

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