Lunes, 5 de junio
“¿Qué hará al dueño de la viña?” (Mc 12,9).
¿Qué hará el Padre ante tantas injusticias cometidas contra los más pequeños? ¿Dónde quedará tanto amor sembrado en la humanidad? ¿A quiénes dará su luz y su amor para que produzcan frutos de justicia en el mundo? Deja que esta pregunta te alcance. Dios está en las preguntas hondas. Señor, ¿quién conoce los designios de tu corazón?
Pongo este día en tus manos. Quiero caminar contigo. Me coloco en medio de todos como quien sirve.
Martes, 6 de junio
“Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios” (Mc 12,17).
Quieren meter a Jesús en una calle sin salida, pero él se abre paso y aporta una claridad insospechada. Expón a Jesús las cuestiones en las que no encuentras salida. Acoge su luz y confía en Él.
Lo tuyo, Señor, es de todos. ¿Será mi vida también un regalo para todos?
Miércoles, 7 de junio
“No es Dios de muertos, sino de vivos” (Mc 12,27).
Dios es amigo de la vida; cuida la vida, la levanta, la acompaña hasta la plenitud. No deja que perezcan los que Él ama. Cuida hoy tu vida. Cuida la vida de los que tienes cerca. Es una forma de alabar y de bendecir al Dios de la vida. Encamina mis pasos hacia la vida.
Dame tu vida. Dame la vida. Mi Dios, pon mi corazón junto a tu fuente.
Jueves, 8 de junio
“Amar al prójimo vale más que todos los sacrificios” (Mc 12,33).
Lo que importa es amar. Aprender a amar es la asignatura más importante de la vida. Quien está por el bien del ser humano no está lejos del amor. Como un estudiante más, vete hoy a la escuela para aprender a amar. Fíjate en lo que necesitan los que están a tu lado. Aprende de los que han explorado ya la tierra del amor y son una presencia alentadora para todo camino.
Abro mi vida a los próximos. Mi corazón se llena de nombres, de rostros. Con todos los que me habitan te alabo y te bendigo, Señor.
Viernes, 9 de junio
“La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo” (Mc 12, 37).
Jesús lanza preguntas abiertas a la gente que le escucha admirada. Su deseo más hondo es llevarles más adentro, a la espesura de su condición de Hijo de Dios. Su palabra y sus gestos de vida reflejan su procedencia del Padre. Disfruta acercándote a la Palabra de Jesús.
Abre tu corazón a las señales sencillas de cada día porque en ellas Dios te habla.
Sábado, 10 de junio
“Esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir»” (Mc 12, 44)
A Jesús le gusta mirar lo pequeño de la vida. En la explanada del Templo abarrotada de gente se sienta junto al arca de las ofrendas y mira con atención a una viuda pobre que da todo cuanto tiene para vivir. Sus dos monedas llevan el sello de ese don total a Dios.
Espíritu divino, crea en mi un corazón generoso, desprendido y confiado.
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