Cuaresma…Tiempo de vivir de lo esencial,
de dejar los ídolos que nos agobian y aprisionan.
Un tiempo de gracia para el encuentro con Jesús.
Atención amorosa a una Presencia.
Dios nos habla al corazón.
con su Palabra de amor
levanta la dignidad perdida
entabla por doquier el coloquio de la gracia.
Es tiempo de conversión, tiempo de libertad.
Dios escucha los gemidos en las orillas del mundo;
despierta las semillas de bondad,
escondidas en lo hondo del ser humano.
Con su ternura infinita ahuyenta la oscuridad,
recrea la esperanza para tejer la fraternidad.
Cuaresma… tiempo de interioridad
para vivir el bautismo,
misterio de presencia que Dios nos regala en el hondón.
Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios,
y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido.
Cuaresma… tiempo de responsabilidad, de lucha.
Para responder al misterio de entrega
que se hace presente en la Palabra y en la Eucaristía de Jesús.
Responder con la vida a la escucha de la Palabra
Con la vida abierta a la realidad y solidaria con el hermano herido
Con la vida asombrada por el Amor.
Cuaresma… tiempo de novedad,
tiempo hacia la novedad de la Pascua.
Con pasos humildes, concretos, fraternos.
Con itinerarios orantes en salida hacia los que más sufren.
Cuaresma… tiempo de Dios
y, por eso, tiempo de todo hombre y de toda mujer,
tiempo de una nueva humanidad más justa.
En camino con todos los pobres de la tierra,
en camino con los amigos de Dios,
en camino con María…
Hacia la Luz, hacia la Vida, hacia el Amor.
Feliz y bendecido camino hacia la Pascua
Equipo CIPE
MOMENTO ORANTE EN LA CUARESMA: RENUEVAME POR DENTRO” (Salmo 50)
El papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma 2024, titulado «A través del desierto Dios nos guía a la libertad» subraya que «es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerse.»
Nos invita a reflexionar sobre el desierto como un lugar de libertad. Cuando Dios se revela, comunica la libertad, como lo expresó en el Decálogo dado a Moisés en el monte Sinaí: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud«. El pueblo de Israel lleva aún las ataduras opresoras dentro de sí, y también hoy enfrentamos nuestras propias esclavitudes que debemos abandonar.
La Cuaresma es un tiempo de gracia en el que el desierto puede convertirse nuevamente en el lugar del primer amor, donde Dios nos guía hacia la libertad.
El llamado a la libertad no es abstracto; madura durante el camino. Así como Israel lleva a Egipto dentro de sí en el desierto, nosotros también llevamos nuestras cargas.
La Cuaresma nos invita a querer ver la realidad y a escuchar el grito de los oprimidos. Preguntémonos: ¿nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos conmueve? En un mundo donde factores nos alejan, es crucial recordar la fraternidad que nos une desde el origen.
El camino cuaresmal será concreto si confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón, un dominio que nos deja exhaustos y nos vuelve insensibles. Pero Dios, como un esposo, nos atrae nuevamente hacia sí y susurra palabras de amor a nuestros corazones.
En estos días preparatorios para la Pascua nos anima a detenernos, entrar en oración y actitud contemplativa, y acoger la Palabra de Dios y al hermano herido como el samaritano. Que esta Cuaresma sea un tiempo de conversión y libertad, porque «Dios no quiere súbditos sino hijos«
Texto completo del Mensaje del Papa Francisco. A través del desierto Dios nos guía a la libertad