EVANGELIO DE LOS DÍAS DE NAVIDAD

Lunes, 25 de diciembre

Te metes en nuestra historia y nos llenas de gracia y de verdad. Tu Palabra llega a nuestro mundo y se hace Niño para que todos juguemos. Y nos invita cada día a sonreír y a abrir nuestros ojos a lo nuevo. Tú, Jesús, siempre vienes amando, derrochando amor gratuito, amor creativo, que embellece a toda persona. En ti descubrimos la ternura de Dios, la paz que reconcilia a los pueblos.

Tu Palabra es vida. Nos da vida. Anuncia la vida de una nueva humanidad. Tu Palabra se hace carne y me enseña a descubrir a todo ser humano con una semilla de amor en los adentros.

Martes, 26 de diciembre

En medio de las dificultades, persecuciones y noches oscuras de la humanidad, tu Palabra se nos mete en el alma dándonos sosiego y esperanza. Tu palabra es consuelo y aliento en nuestro caminar. Hoy, que recordamos en la Liturgia a san Esteban, el primer mártir cristiano, oramos por aquellas personas que están siendo perseguidas por su fe, forzadas a abandonar sus hogares, sus lugares de culto, sus tierras y sus seres queridos.

Tu amor anima mi vida. Tu amor despierta mi valor y entrega. ¡Gracias, Jesús! ¡Ven, Espíritu Santo! Abre mi corazón a la confianza en el Padre. Alumbra los caminos oscuros de la humanidad.

Miércoles, 27 de diciembre

El primer día de la semana estalla la vida y tu Palabra resuena en todo lo creado. Todo lo llena de luz y de gracia. Es hermoso ver correr a dos discípulos para buscar al Señor. Entran y ven que el misterio del amor es más profundo que la muerte. Ven y creen que Jesús ha resucitado y da la vida. Pueden seguir partiendo el pan de su amor en la comunidad.

Tu luz, Señor, llena de claridad el mundo. Mi casa iluminada por tu luz es reflejo de tu presencia. Busco tu luz, Señor, busco tu amor cada día.

Jueves, 28 de diciembre

La Navidad viene también acompañada de una tragedia de dolor. Contemplar el pesebre es aprender a escuchar lo que acontece a nuestro alrededor y tener un corazón sensible y abierto al dolor del prójimo, especialmente cuando se trata de niños. La tiniebla del poder, que aplasta a los inocentes de este mundo, no puede apagar su luz. Siempre alumbra senderos de fraternidad entre los pueblos.

Ayúdame a mirar de frente el sufrimiento de tantos inocentes. Que mis oídos escuchen su grito y mi corazón acoja su dolor. Tu ternura en mis manos puede aliviar sus heridas.

Viernes, 29 de diciembre

Jesús no es una palabra más entre tantas como se pueden guardar en el corazón. Jesús es la Palabra, es el Camino, es la Verdad, y es la Vida. ¿Cómo reaccionas cuando, por ser amigo de Jesús, tú también eres discutido y marginado? ¿Cuál es tu actitud cuando esto le sucede a la Iglesia?

Envíame tu Espíritu, para que no te abandone en la dificultad. Con él espero confiado en la fuerza de tu amor.

Sábado, 30 de diciembre

Estamos finalizando el año y la Palabra de Dios nos invita a la alabanza. La vida vale la pena vivirla con esperanza porque el Señor es fiel y siempre mantiene su promesa. Dios sigue manifestándose a la gente sencilla. Nos acercamos a ella para descubrirle. Una palabra de gratitud a Dios y de anuncio salvador sale de los labios de Ana, una mujer anciana, que ha confiado día tras día en la Promesa de Dios a su Pueblo.

Ayúdame a aceptar mi pobreza, Señor. Que tu luz alumbre la oscuridad de nuestro mundo y encienda la llama del amor en mi corazón y en el de mis hermanos.

Domingo, 31 de diciembre

El último día del año, Señor, tu Palabra nos invita a orar mirando y escuchando a tu Familia de Nazaret. Decir “Navidad” es decir “familia”, de Jesús, María y José. Abiertos totalmente a Dios y a los demás. Nos muestran que no son los grandes de la tierra los que construyen el futuro. Los más humildes pueden contribuir a que le nazca a la humanidad un futuro de paz y de confianza.

Gracias por la familia, Señor. Gracias por hacerme hijo tuyo y enseñarme a amar. Hazme capaz de acoger con ternura a cada persona con la que me encuentre hoy. Sé que también es hija tuya y por tanto, hermana mía.

Lunes, 1 de enero

Comenzamos el año con María Madre de Dios y madre nuestra. Ella acompaña todos nuestros días y nos cobija en medio de las dificultades, siembra esperanza en el corazón, nos alienta en el camino de la cruz. La Palabra se nos hace ternura, entraña, intimidad en la cueva de Belén. Los pastores miran admirados. Se les ha despertado la esperanza y la alegría de saberse amados Y María guarda todo esto en el corazón, porque todo esto que les pasa a los pastores son las cosas de Dios. Y con María, la Iglesia guarda en su corazón la memoria de Jesús, su acción salvadora.

Santa Madre de Dios, me ofreces el fruto bendito de tus entrañas: Jesús, hecho niño. Santa Madre de Dios eres una bendición de Dios para la humanidad. Santa Madre de Dios, en ti, Dios me bendice con su Hijo que trae la PAZ.

Martes, 2 de enero

La Palabra se hace voz en Juan, una voz a la que hay que escuchar, porque señala la vida y da testimonio de Jesús. Con él entramos en la experiencia de amor que nos regala. Acércate a Jesús, él es el único que posee y comunica el Espíritu.

Me acerco a ti, Jesús, quiero apoyar mi vida en tu Palabra y caminar en verdad, como hizo Juan Bautista. Espero tu Palabra en silencio, quiero acogerla en mi corazón y encarnarla en la vida de cada día.

Miércoles, 3 de enero

El deseo grande del Padre y de Jesús es darnos el Espíritu Santo. El deseo grande del Espíritu es bajar y posarse y habitar en el corazón de todo ser humano. La Palabra se hace Presencia que transforma toda nuestra existencia. Cuando donde no hay amor ponemos amor, y donde hay guerra construimos paz, y donde hay tristeza perfumamos el ambiente con una sonrisa, entonces también nosotros somos señal del Espíritu y nos parecemos a Jesús.

¡Ven, Espíritu divino, dador de Vida y Verdad! Hazme testigo de Cristo, ensancha mi tienda para que pueda acoger en ella a mis hermanos.

Jueves, 4 de enero

La Palabra se hace pregunta para todos los seguidores de Jesús: «Y tú ¿qué buscas? ¿Qué llevas en tu intimidad? ¿Qué sed recorre tus venas? ¿Quién te habita por dentro?». Jesús te invita a encontrarte con él, a mirarle a él, a quedarte con él.

Mi historia tiene sentido cuando te encuentro, Jesús. Quiero escuchar tu voz y quedarme contigo.

Viernes, 5 de enero

El Evangelio de hoy te ofrece encuentros determinantes que producen cambios significativos en la vida de las personas. Jesús invita a Felipe a seguirle y la reacción de Felipe es de entusiasmo. Habla de Jesús a su amigo Natanael, que anda por los caminos del escepticismo, desconfiando de todo aquello que provenga de la tierra de Nazaret. Entonces Felipe le dice: «Ven a verlo». Natanael queda fascinado por Jesús. ¿Cómo invitar a los alejados a ver la bondad y las ganas de dar vida que tiene Dios?

Lo sé, Señor; mi vida puede oscurecer tu rostro o puede ser una epifanía. ¡Alumbra mi oscuridad! ¡Que todo mi ser refleje tu luz, Señor!

Sábado, 6 de enero

Acércate hoy a los magos de Oriente. Vienen de lejos, siguen una estrella, entran en una cueva, se postran para adorar al niño que tienen delante y abren sus cofres para ofrecerle regalos. En sus corazones se les mete la alegría de un niño Dios que nos visita por amor. Noche oscura hay en toda búsqueda. Son las dificultades de todo tipo, que nos pueden llevar a mirar hacia atrás. Es bueno no interrumpir el camino hasta dar con lo que buscamos. El que pasa la noche en fidelidad se llena de mucha alegría.

Cada día me mandas al alma tu sonrisa. Con tambores y danzas cantaré. Para ti tocaré, Dios mío. Con mis hermanos y hermanas te alabaré.

Domingo, 7 de enero

Es hora de seguir a Jesús y ser fieles al Espíritu. ¿Qué caminos nuevos nos está proponiendo? ¿Cómo quiere renovar la fe dormida? ¿Cómo desea tocar esas dudas que tanto nos cansan? Pídele a Jesús que te comunique su Espíritu, para revitalizar tu bautismo, tu fe; que te dé su fortaleza, para emprender cada día la tarea de la nueva humanidad.

Tú, Jesús, me das la vida para que comunique vida. Pones en mí la novedad para ser creativo. Me das palabras de amor, para decirlas en medio de la gente. Tú, Jesús, pones en mí semillas de justicia para sembrarlas donde más ruido hace la injusticia.

Escucha este Evangelio con textos de los Místicos y una canción en la App Evangelio orado.

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