Lunes, 22 de julio
SANTA MARÍA MAGDALENA
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»… «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabbuní!», «¡Maestro!» Jesús le dice: ve a mis hermanos…” (Jn 20,15.16).
Jesús llama a María por su nombre y ella reconoce su voz. El encuentro con Cristo resucitado se traduce en paz, perdón, esperanza, consuelo. Jesús ha resucitado para todos. A todos ama con un amor irrepetible. Por eso, cuando se aparece a Magdalena, o a los demás apóstoles lo hace para darles un encargo o misión sin fronteras.
Señor, en mis miedos, mis tristezas y mis preocupaciones, soy incapaz de reconocerte. Te pido que no dejes de llamarme, y que traigas paz a mi vida, que sepa que estás a mi lado.
Martes, 23 de julio
SANTA BRÍGIDA, patrona de Europa
“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5)
La palabra de Jesús alimenta nuestro amor de cada día, limpia nuestros ojos para ver en todo lo que nos acontece la huella de su amor, nos enseña lo que quiere que digamos al mundo con nuestra vida.
Tú Señor que eres la vid, sujétame fuerte a tu tronco, mantenme disponible, sin temer a nada, pues estoy contigo.
Miércoles, 24 de julio
“El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento, otros sesenta, otros treinta. El que tenga oídos, que oiga” (Mt 13, 8.9).
La Palabra nos presenta el rostro glorioso de Jesús, que sigue saliendo a sembrar su amor a la humanidad con la ilusión de un sembrador. La semilla necesita acogida, la semilla necesita tierra abonada, pero Dios no se cansa y como buen Padre insiste a tiempo y a destiempo. Prepárate con el silencio para la escucha de la Palabra. Prepárate con la soledad para la comunión con Jesús.
Abro mi corazón a tu semilla, Señor, y me quedo a la espera de que florezca.
Jueves, 25 de julio
SANTIAGO APÓSTOL
“El hijo del hombre ha venido para servir y dar su vida” (Mt 20,28)
¡Qué bien describen a Jesús estas palabras! Vino para dar vida a todos. Dio vida sirviendo a todos. Jesús está a tu servicio, dándote lo mejor. Asómbrate de la locura de ese amor.
No sé qué decir, Señor. No sé casi nada. Solo sé que me amas con un amor que no termino de entender.
Viernes, 26 de julio
SANTOS JOAQUÍN Y ANA, padres de la Virgen María
“Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador” (Mt 13,18)
Jesús invita a todos a acoger el Evangelio y a no dejar que la Buena Noticia de la Salvación la ahoguen las dificultades y entretenimientos de este mundo pasajero. Prepara tu tierra para que la semilla del Reino de fruto en tu vida.
Acércate a la vida de estos santos, san Joaquín y santa Ana; con su fe y amor nos dejaron un legado de devoción y santidad. Que su intercesión te fortalezca y te llene de esperanza en este día y siempre.
Siembra en mi interior, Señor, la semilla de tu Gracia. Riégala con el agua de tu Amor. Abre mi corazón para ofrecerla a los hermanos.
Sábado, 27 de julio
“El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó” (Mt 13,25).
La paciencia y el amor de Dios están siempre presentes en el mundo y en cada uno. Dios ve lo malo que hay en las personas, pero su corazón es respetuoso y no arranca la cizaña. Une tus deseos de justicia con el evangelio de la misericordia. No dejes que la verdad sin amor te haga duro de corazón.
Dame tus ojos, Señor, para ver el mundo como Tú lo ves. Dame tu corazón, Señor, para amar a las gentes como Tú las amas.