21 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes, 26 de agosto

“Ni entráis vosotros en el reino, ni dejáis entrar a los que quieren” (Mt 23,13) 

Tremendas palabras de Jesús a los que deberían ser guías de las comunidades. Se han quedado en la superficie del mensaje. Hablan de un Dios que no tiene ternura ni entrañas de misericordia. No saben vivir ni dejan vivir a los demás. – Ponte ante Jesús y pídele que te enseñe a vivir con un estilo de vida amplio, gratuito, con ternura, cercano a los que sufren. 

Méteme en tu interior bodega. Recrea en mi corazón el amor. Enséñame a amar a mis hermanos. 

Martes, 27 de agosto

“Descuidáis lo más grande de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad” (Mt 23,23) 

Tienen a Dios constantemente en los labios, hablan de Él a todas horas, pero no han aprendido a recorrer los caminos del corazón de Dios. No saben nada de su ternura. Habla hoy de Dios con tu vida. Aunque lo hagas pobremente, eso vale más que las palabras bonitas pero vacías de contenido. 

Pongo mis trozos de vasijas rotos, en tus manos de Alfarero. Hazme de nuevo.  

Miércoles, 28 de agosto 

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre» (Mt 23,28)

Que alguien cultive solo las apariencias tiene trazas de sepulcro blanqueado. Sin una actitud limpia, hasta lo más sagrado se contamina, y no ilumina ni libera a nadie. Confróntate con esta palabra dura de Jesús. Deja que te ilumine. Confiesa sin rubor tus propios límites. Jesús puede cambiar tu corazón.

Profundiza la palabra y muestra con hechos al Dios de la vida.

 “¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,tarde te amé!, y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste” (San Agustín).

Jueves, 29 de agosto 

“Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista” (Mc 6,25) 

Juan es el profeta de la denuncia y del anuncio. Es un poco de luz en medio de la noche, una ráfaga de verdad en medio de la hipocresía. Gusta pero molesta. Intentan acallar su voz con la muerte violenta, pero su voz seguirá viva en el corazón del mundo. Acoge la voz profética de los que viven a tu lado. Reaviva la vocación profética que has recibido en el bautismo. Que los miedos no ahoguen tu voz ni escondan tu verdad.  

Me duele la confrontación con mis hermanos. Me duele y la rehúyo, Señor. Pero cómo me ayuda encontrar una voz que me diga las verdades con amor.

Viernes, 30 de agosto

“¡Que llega el esposo, salir a recibirlo!” (Mt 25,6)

El Señor siempre llega. Cumple su promesa. Nosotros nos cansamos de esperarle. Aun así, Él viene, viene, viene siempre. ¿Cómo recibes a Jesús? ¿Con rutina o con alegría? ¿Cómo recibes a los que viven contigo? ¿Con gozo o con indiferencia?

Entra en mi casa, Señor. Entra en mi corazón. Que lo mío sea tuyo y lo tuyo mío. Gracias. Amén.

Sábado, 31 de agosto

“Tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra” (Mt 25,25)

¡Qué malos de digerir son los límites! Da tanta vergüenza verse pobre, que uno tiende a esconder las pobrezas. Pero Dios hace maravillas en el pobre. Recuerda a aquella mujer que entregó lo poquito que tenía y que fue presencia alentadora para Jesús porque en aquel pequeño gesto había mucho amor. Recuerda a María que, lejos de esconder su pequeñez, la abrió de par en par ante Dios para que la besara, y de su pequeñez le nació una hermosísima canción.

Te doy toda mi pobreza. Tú, haz lo que quieras. Yo cantaré con mis hermanos tu amor.  

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