ATENCIÓN AMOROSA AL AMADO
EN CAMINO PARA SABER QUIÉN ERES
Los participantes se reúnen al fondo de la iglesia. Con esta pregunta: ¿Quién soy? Tras una pausa, caminan atentos, despacio, con atención amorosa; prestándose atención; cada uno tiene su propio camino. Cantamos:
BUSCANDO MIS AMORES, BUSCANDO MIS AMORES,
BUSCANDO MIS AMORES, MIS AMORES IRÉ,
BUSCANDO MIS AMORES, BUSCANDO MIS AMORES.
BUSCA EL SILENCIO
Sentados. Comienza el canto:
BUSCA EL SILENCIO,
TEN ALERTA EL CORAZÓN
CALLA Y CONTEMPLA.
Mi silencio es para ti, Señor, para oír tu palabra de amor.
Mi silencio es para sanar mi mundo interior. Pido silencio, porque quiero vivir.
Mi silencio es por solidaridad con los que no tienen voz en el mundo.
BUSCA EL SILENCIO,
TEN ALERTA EL CORAZÓN,
CALLA Y CONTEMPLA.
PON A DIOS EN EL CENTRO DE TU VIDA
Dios es tu centro, no tus tareas, ni tus agobios, planes… Cuando Dios está en el centro vivimos una experiencia liberadora. Dios es el alfarero del alma.
… ¡Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado, para buscarle y unirte con él! Ya se te dice que tú misma eres el aposento donde él mora y el retrete y escondrijo donde está escondido; que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti, que esté en ti, o, por mejor decir, tú no puedes estar sin él (CB 1,6-7).
Dios en el centro, para sentirnos tocados por él, que es mano blanda, toque delicado, que a vida eterna sabe. Dios no es una idea, es una presencia. Sé consciente de ella.
HAZLE SITIO A TU AMIGO JUAN DE LA CRUZ
Se reparte a cada uno una estampa. Basta con una. Rostro de Juan, rostro de Cristo crucificado, cruz volcada sobre la humanidad. Miramos la que nos toque, mientras escuchamos un semblante de Juan. Le pedimos a Juan en esta noche que se siente con nosotros y nos acompañe con su luz. Lo acogemos con los brazos abiertos.
Hombre de mirar suave y apacible conversación.
Con los pies en la tierra, más de lo que se piensa.
Amigo de silencio y soledad sonora, y por eso abierto a la comunicación honda con las personas, hombres o mujeres.
Sus colaboradores más inmediatos disfrutaron de confidencias insospechadas.
Sola su presencia componía a los que lo miraban.
De sonrisa imperturbable, mirada penetrante, con una serenidad que calmaba y desarmaba.
Afectuoso y comprensivo con los demás.
Conjugaba la firmeza con la afabilidad y hasta con la ternura.
Su sensibilidad vibraba con fuerza ante el bien y la belleza.
El encuentro con la naturaleza (mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura y yéndolos mirando, con sola su figura, vestidos los dejó de hermosura) transportaba su espíritu.
Humilde, pacífico y obediente, reaccionaba sin miedo ante la falsedad, la incoherencia, la insidia.
Quienes se acercaron a él en busca de luz, consuelo, encontraron entrañas de madre.
Perdonó con amor heroico cuando lo marginaron y persiguieron. Siguió amando: Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.
A la unión con Dios lo subordinó todo.
Cristo fue su Amado. “Cristo es mío y todo para mí”.
ESCUCHA Y ACOGE ALGUNAS PALABRAS DE JUAN DE LA CRUZ
Para tener una experiencia sinodal, cuando el corazón se ensancha:
Para abrir los ojos con advertencia amorosa y tener una mirada de amor:
Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacedlos, y véante mis ojos, pues eres lumbre de ellos, y sólo para ti quiero tenerlos. Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura.
Para un abandono confiado en las manos del Señor.
Quedeme y olvideme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo y dejeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado. (Cantado).
SUSURROS ORANTES EN LA NOCHE.
Canto: JUAN DE LA CRUZ, QUE SÓLO EN DIOS ARDÍAS. JUAN DE LA CRUZ, ALUMBRA CON TU NOCHE NUESTROS DÍAS. En esta noche oscura de la vida surges Juan de la Cruz como una llama, llama de luz, que a mayor luz convida, llama de amor que a un nuevo amor nos llama.
EQUIPO CIPE.
