Es inquietante la vida,
y demasiado a menudo arbitraria,
cuando nos asalta con infortunios
o hechos incomprensibles
que deshacen todos nuestros planes.
Es inquietante la vida,
y demasiado a menudo injusta,
cuando te arrebata lo que te da
o, sorprendentemente, te regala
lo inmerecido.
Pero es pacificador
abandonarse en ella,
cuando ya nada en ti
puede retenerla
ni dominarla.
Hay miedo en la incertidumbre
que nos depara,
Sí ….
Y confianza infinita
en el sentido oculto de la vida,
que no se agota
en la arbitrariedad de
lo inesperado.
Entonces nacerá un vástago
en la más absoluta fragilidad.
Mar.