En ti hay la pregunta,
la que te incomoda,
la que te inquieta,
la que te interpela…
Pero en ti hay también la respuesta
si aprendes a recoger lo que vives
y a descansarlo en la voz del corazón
que en ti late.
Tan solo necesitas silencio, quietud y escucha.
Entonces la respuesta se te irá haciendo luz
y sabrás que es la luz verdadera,
no la que te deslumbra o evade,
cuando la paz y la dicha serena
te inunden el alma.
Pero no te engañes,
no es un camino en solitario.
Hay personas faros,
con rostro y nombre propio.
No son la luz, pero la contienen
y nos iluminan la respuesta
con lo que pregonan y viven.
Y en su compañía la luz se expande.
Mar Galceran