Una lágrima de luz
llena de adioses y melancolías,
de amores y de bienaventuranzas.
Lágrima por tantas despedidas inesperadas
y por tantos duelos sin despedida.
Lágrima por tantas vidas
que se apagan
y tantas noches
que no amanecen.
Luces de los recuerdos de amores
que nos acompañan
y de frutos sembrados
que generosamente fecundan.
Luces que ahora descansan
en el infinito,
para sernos calor, faro y guía
en nuestro caminar.
Una lágrima de luz intensa,
que deseo eternamente encendida.
Mar Galceran.