
2º Domingo de Pascua. Lectura orante del Evangelio: Juan 20,19-31
Jesús resucitado nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría.
Jesús resucitado nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría.