- Con el dolor de tantos enfermos terminales
- Con la tristeza de los que viven sin sentido
- Con la soledad de quienes no tienen a nadie…
- Con la incomprensión ante la enfermedad incurable de tantos niños
- Con las pequeñas caricias de médicos y enfermeros/as que despiden la vida de sus pacientes.
- Con la soledad de tantas familias que tienen que despedir a un ser querido sin contacto humano.
Espera en silencio con María
La experiencia de la cruz ha sido tremenda. Tener en sus brazos el cuerpo de su Hijo también a Ella la ha crucificado. Junto al discípulo amado ha oído las últimas palabras de Jesús, su último suspiro. Ahora es todo un dolor, un llanto. Las mujeres del camino de Jesús, rotas por dentro, llevan aromas, embalsaman el cuerpo. Hay un silencio denso. Hay una espera.
Asómate al misterio de la cruz, al misterio de la esperanza
María está junto a la cruz de Jesús. Sin palabras. Son sus gestos, sus manos, sus ojos, su silencio, los que hablan. Está allí porque ama mucho, sabe mucho de pérdidas y de dolor; de fe y de esperanza.
“Junto a la cruz de Jesús estaba su madre…” (Jn 19, 25-27).
María se queda en silencio. La palabra de Jesús llenó siempre su corazón. Ahora, su Hijo ha muerto, la mentira y el odio han apagado la voz del Amado. El mundo se ha quedado en silencio y a oscuras.
María y las mujeres no apartan de Jesús la mirada del corazón. Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor ni anegarlo los ríos. María y las mujeres están a la espera.
Palabra del papa Francisco
“Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar.
Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad.
En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar.
Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza”
(Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, Viernes, 27 de marzo de 2020).
Pistas de luz para tu camino
♦ Prepara tu corazón para acoger confiado/a el mensaje que Dios te está comunicando a través de esta pandemia del Covid-19- “coronavirus”
♦ Colócate con María junto a la cruz de la humanidad enferma, cansada, agobiada y pide la salud, la fortaleza, la esperanza.
♦ Espera con María y confía en la última palabra del Padre, que siempre responde con la VIDA, el AMOR, la LUZ.
♦ Únete a la oración del papa Francisco que confía la humanidad al Señor, a través de la intercesión de la Virgen, salud del pueblo, estrella del mar tempestuoso.
Oración
Déjame estar contigo, María de la Soledad.
Sin decir nada, María del Silencio.
A la espera de Jesús, María de la Esperanza.